Las réplicas autorizadas de autos clásicos no deberían de existir.
Un auto clásico se debe mantener como un auto clásico, no importa cuan famoso se haya vuelto ni cuanta demanda haya sobre él, nuevas versiones no se deben de crear, mucho menos con componentes modernos que no se usaban en la época que los autos originales debutaron.
Shelby ha sido un amante de dicha práctica, sobre todo cuando hablamos del Cobra original (u otros como el GT-500 Eleanor), el cual cuenta con tantas réplicas autorizadas – que le pagan regalías a Shelby – que el misticismo del auto original se echa a perder.
La última de éstas réplicas autorizadas es el CSX7000 Shelby 289 FIA Cobra, que celebra el nacimiento de los Cobras con motor Ford 289 hace 50 años y rinde homenaje a pilotos como Dan Gurney, Bob Bondurant y Phil Hill.
Pero más que un auto, el Shelby 289 FIA Cobra es un chasis rodante con carrocería de fibra de vidrio o aluminio, que no tiene motor, y que el dueño podrá equipar con el motor de su preferencia, además que cuenta con componentes modernos como frenos de disco actualizados.
Esto para mí no es ni un Shelby ni un Cobra, pero hay quienes pagarán hasta 150,000 dólares por la versión de aluminio sin motor, para tener un Shelby Cobra que no tiene nada de Shelby Cobra más que el nombre y la forma.
