Eso le pasa por hacer estupideces.
Esto pasó en Syracuse, Utah, donde un puberto de 14 años robó el Hyundai Veloster de su abuelo y cuando la policía intentó detenerlo, se escapó hacia una zona residencial y se dedicó a aterrorizar al vecindario mientras manejaba a exceso de velocidad.
Pero la polecía se cansó de perseguir al niño caguengue y decidió cancelar la persecución, acto que no gustó al policía fuera de labores Brandy Rowley quien tomó su Dodge Ram, esperó a que el auto diera la vuelta y terminó la persecución.
Esto puede ser justificable ya que el pendejín de 14 años estaba en los alrededores de un parque donde había niños jugando que corrían peligro.
El hecho no pasó desapercibido y la comunidad se ha unido para evitar que Rowley pague las reparaciones de su pick-up, por lo que la compañía Fusion Bumpers se ha encargado de mandarle una defensa nueva para reducir sus costos por ayudar a la comunidad.
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