Creo que es tiempo de que Audi cambie su lenguaje de diseño.
Me he cansado de decir que el diseño exterior de los nuevos Audi es aburrido, genérico, y extremadamente similar en todos sus autos, pero llevar al TT a esta categoría es la gota que derramó el vaso.
Nada de innovación, nada de emoción, y una transformación de lo que una vez fue un auto revolucionario a algo que puede pasar totalmente desapercibido.
Las opciones de motores para el nuevo TT, que es 90 kg más ligero que su antecesor, incluyen el 2.0 TDI de 180 hp del Golf GTD, y dos 2.0 litros TFSI, uno de 227 hp y 273 lb/ft, y el otro de 306 hp y 280 lb/ft de torque para el TT-S
El desempeño para el modelo diesel es aceleración de 0-100 km/h en 7.2 segundos y una velocidad máxima de 235 km/h, y el TT a gasolina se tarda en completar la misma marca de aceleración en 6 segundos – o 5.3 con transmisión DSG y tracción Quattro – y cuenta con una velocidad máxima limitada de 250 km/h.
En cuanto al TT-S, éste acelera de 0-100 km/h en unos muy buenos 4.7 segundos y alcanza la misma velocidad máxima limitada que el TT a gasolina.
Debo de decir que el interior SI es una demostración de buen diseño, modernidad, y deportividad, tal y como todos los interiores de Audi (aunque la palanca de la caja automática se ve voluminosa y desencaja con el resto).
Si eres de esos raros casos del tipo de persona que no le importa la estética y dices que una persona fea (el gusto se rompe en géneros) con buena actitud y ‘bonita por dentro’ es atractiva, entonces muy posiblemente el nuevo TT sea para ti. No digo que éste sea feo, está muy lejos de serlo, pero si está demasiado ‘equis’.