Hace exactamente 75 años, se fundó Chrysler de México con un capital de un millón de pesos y una planta laboral de 145 empleados.
Fue un 31 de octubre de 1938 cuando la empresa estadounidense comenzó a tener participación en México. En ese entonces, se producían tan solo 120 unidades al mes en una planta que estaba ubicada en Polanco, en el Distrito Federal. Como comparación, al final del 2012 se ensamblaron cerca de 500,000 autos y camiones, así como más de un millón de motores.
De tener 145 empleados y una planta, hoy en día Chrysler cuenta con más de 10,000 trabajadores, un centro de distribución de Autopartes Mopar, un Centro de Ingeniería Automotriz, un Edificio Corporativo y 7 fábricas donde se ensamblan vehículos y motores.
Vehículos icónicos de la marca se han armado en nuestro país como: Dodge Dart Valiant, Chrysler Le Baron, Plymouth Barracuda, Dart K, Phantom -que futa-(chiste local), Shadow, Spirit, Stratus, Neon y el polémico PT Cruiser.
Después de pasar por tiempos muy difíciles con productos poco atractivos para los clientes y al punto de declararse en bancarrota, Chrysler se ha unido con Fiat para buscar reinventarse y resurgir mejor que cuando estuvieron bajo el mando del inolvidable Lee Iacocca. Y aunque hay un grupo que no quiere la total absorción de la marca por parte de la compañía italiana, es algo que tarde o temprano sucederá.
En México Chrysler ha seguido invirtiendo. En Toluca se ensambla el Fiat 500 en todas sus versiones, y hace unas cuantas semanas acaban de confirmar la inversión de $1,250 MDD en Saltillo donde construirán la Ram ProMaster y producirán los motores Tigershark 2.0L y 2.4L. En esa misma ciudad, Chrysler ensambla el motor HEMI, y produce la Ram 1500 y el motor Pentastar.
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