El Vantage podrá ser viejo, podrá ser mucho más lento que otros rivales, y podrá pertenecer a la flota genérica de Aston Martin, pero el V12 (en todas sus versiones) es uno de mis autos favoritos.
Posiblemente sea porque es chico, porque nació como un V8 y después le metieron un V12 para hacerlo más rápido, por ese sonido exquisito que sólo un buen V12 puede ofrecer, y por esas tomas de aire en el cofre que hacen que se vea espectacular.
El Vantage coupè ha muerto después del S V12, y ahora es el turno del convertible en recibir el mismo tratamiento, posiblemente para que en un futuro cercano también nos despidamos de él.
Esto quiere decir que el Vantage Roadster ha heredado todos las características del S V12 Coupè; el tratamiento estético, el V12 naturalmente aspirado de 565 hp y 457 lb/ft de torque, la transmisión Sportshift III, los frenos de cerámica de carbono, y la dirección hidráulica asistida ZF Sevotronic. A pesar de la caja que suplanta a una manual, el auto es 20 kg más ligero que la versión pasada.
Todo esto en conjunto logra que el Vantage S V12 Roadster acelere de 0-100 km/h en 4 segundos cerrados y alcance una velocidad máxima de 323 km/h, volviéndolo el Aston Martin convertible más rápido en la historia.
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